Suele ocurrir en las conversaciones cotidianas que se entrecruzan unos temas con otros, que van brotando a borbotones sin más secuencia que la marcada por el interés de los dialogantes en medio del calor o del apasionamiento de la tertulia. En mayor grado cuando se trata de diálogos en una cultura como la nuestra, soportada sobre la rutina de conversar y conversar. Pero no falta quien en esos ambientes note que se ha omitido alguna cuestión palpitante e interviene para preguntar: ¿y entonces de tal y tal tema qué? Justo el talante de esta conversación es interrumpir nuestros habituales diálogos en la cofradía del estudiante de la mesa redonda para decir: ¿y de la poesía qué? Es tema trascendental como para omitirse entre personas que se ocupan de aspectos de la cultura en el proceso de una formación integral.