Peregrinación de Alpha

Peregrinación de Alphaes ante todo un libro de viaje; un raro libro de viaje que, sin abandonar la descripción científica y el dato objetivo, esboza las experiencias de un peregrino que se encuentra con una realidad poco conocida, de exuberancia natural y complejidad cultural. El estilo literario de Manuel Ancízar, su autor, enriquece la información científica, articulándola y dándole una nueva dimensión. Así pues, este libro de viaje también es uno de los primeros esbozos etnográficos, de investigación social, económica y de los recursos naturales de una región amplia a mediados del siglo XIX en Colombia.

Manuel Ancízar (el Padre Alpha, como era conocido por sus escritos) fue un reconocido intelectual, abogado, político, diplomático, periodista y educador decimonónico de gran influencia cultural y política en aquel joven país que terminó siendo Colombia. Nacido en la hacienda El Tintal, en Fontibón, cerca a Bogotá, Manuel Ancízar (1812-1882) a muy temprana edad, por causa de las guerras de Independencia, emigró a Cuba junto con sus padres, don José Francisco Ancízar y doña Juana Bernarda Basterra, y sus hermanos. En Cuba obtuvo su educación académica y alcanzó un título en Jurisprudencia.

Ancízar fue un hombre que superó el provincialismo de muchos de sus contemporáneos en la Nueva Granada, siendo capaz de asumir e impulsar proyectos renovadores para una sociedad eminentemente colonial que intentaba asomar la cabeza en la Modernidad. Su participación en la creación de la imprenta estatal y el semanario El Neogranadino (1848), el fundamental aporte en las primeras fases de diseño y ejecución de la Comisión Corográfica (1850-1859), el trabajo en la fundación de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia (1867), además de toda su labor como diplomático frente a diferentes conflictos limítrofes, le permitieron labrar un nombre como sabio consejero, intelectual de gran visión, inspirador de importantes proyectos y constructor de una nueva nación.

La Comisión Corográfica, en cuyas primeras expediciones Manuel Ancízar participó, fue establecida formalmente el 20 de diciembre de 1849, cuando se  firmó el contrato entre el recién iniciado gobierno del presidente José Hilario López y el teniente coronel Agustin Codazzi (1793-1859) con la finalidad de que, bajo el liderazgo de este último, se levantará por primera vez el mapa general y oficial de la Nueva Granada, además de organizar una descripción exhaustiva de los aspectos económicos, sociales, culturales, estadísticos y los relacionados con las riquezas naturales de cada una de las provincias de la joven nación. Esto marcó el inicio del mayor y más significativo proyecto científico que se desarrolló en nuestro país durante el siglo XIX: la Comisión Corográfica, que proyectaba recorrer a lomo de mula durante seis años todo el país.

Un contrato adicional fue suscrito entre el representante del gobierno, Victoriano de Diego Paredes, secretario de Relaciones Exteriores y Mejoras Internas, y Manuel Ancízar Basterra. Bajo este contrato Alpha se comprometía a asumir las funciones de secretario de la Comisión Corográfica con todas las tareas y exigencias que ello incluía, entre las que se contaban la de seguir las órdenes de Codazzi; poner en limpio itinerarios, observaciones y cálculos necesarios para la expedición; elaborar los informes correspondientes o noticias sucintas para el Gobierno central, además de ordenar y redactar un diccionario geográfico-estadístico de la Nueva Granada. Por si esto fuera poco, Ancízar se comprometía en el mismo contrato a escribir una obra “esencialmente dramática y descriptiva”, acompañada de “diseño” o ilustraciones, que relatara todas las circunstancias dignas de mencionar de aquella expedición geográfica.

La expedición partió de Bogotá en la mañana del lunes 21 de enero de 1850. Esa es la mañana con la que arranca Alpha su relato. En este, el primer viaje que daba inicio a los trabajos de campo, fueron pocos los expedicionarios: Codazzi, como jefe de la Comisión; el Padre Alpha, como secretario y cronista oficial; José del Carmen Carrasquel, criado de Codazzi, y tal vez un par de ayudantes más para las tareas de mayor exigencia física. Un año después, en la segunda expedición, se sumaron a la Comisión uno de los ocho hijos de Codazzi, Domingo; el joven José Jerónimo Triana, quien gracias a su trabajo en esta empresa científica logró gran renombre mundial como botánico, y el reconocido pintor y miniaturista venezolano Carmelo Fernández, con quien Codazzi ya había trabajado en la elaboración de la cartografía venezolana. Estas dos primeras expediciones se llevaron a cabo entre los seis u ocho meses iniciales de 1850 y 1851 para dedicar la parte final de cada año a la consolidación, organización y redacción de los materiales producidos.

El periplo de estos dos primeros años de la Comisión, en donde muy activamente participó Alpha, los llevó a recorre las regiones de lo que hoy son el norte del departamento de Cundinamarca, Boyacá, Santander, Norte de Santander y partes del sur del Cesar. Exploraron caminos y abrieron otros nuevos, visitaron cantones (lo que hoy llamamos municipios), generalmente se alojaban en casas de particulares que conocían de la importancia de la empresa exploradora o, cuando era necesario, en campamentos a la vera del camino. Las dificultades siempre fueron abundantes, desde las meramente climáticas y geográficas que les impedían cumplir con razonable coherencia su itinerario, pasando por los retrasos en la financiación por parte del Estado, hasta soportar enfermedades tropicales que no pudieron debilitar su pasión por el trabajo científico.

Muy a pesar de Ancízar, como él mismo lo manifestó, a finales de 1851 tuvo que abandonar la Comisión Corográfica, dejando redactados y apenas publicados algunos de los relatos de viaje por las provincias hasta ese momento recorridas, debido a que se le comunicó que el Gobierno central requería urgentemente sus servicios como representante diplomático y encargado de negocios ante Ecuador, pueblo con el que se estaba incubando en aquel instante un tenso conflicto limítrofe.

Peregrinación de Alpha debió alimentarse, entonces, de los informes de los viajes realizados por su autor en los primeros años de la Comisión Corográfica. Por esta razón también acota censos de poblaciones, extensión de poblados, altitud de montañas, tipos de clima y demás información recabada durante esos años. Sin embargo, este libroterminó siendo más que un inventario de descripciones o un repertorio de lugares. Su gran valor se encuentra en la peregrinación del Padre Alpha que, a pesar de su tarea como funcionario, con ojos cosmopolitas, mente literaria e intuición de periodista narró sus experiencias mediante la descripción de paisajes delirantes, complejos y duros para cualquier hombre de ciudad, sin importar la época.

En esta oportunidad la Universidad Nacional de Colombia publica la primera edición ilustrada de Peregrinación de Alpha. Se han ubicado en las descripciones correspondientes cada una de las 30 acuarelas elaboradas en el marco de las dos primeras exploraciones de la Comisión Corográfica, atribuidas al dibujante venezolano Carmelo Fernández. Desde el inicio de los trabajos de la Comisión las láminas elaboradas por los expedicionarios tuvieron el único propósito de hacer parte de una obra acompañada de “diseño”, que describiera viajes, geografía, aventuras, costumbres, razas, monumentos y curiosidades naturales encontrados por la expedición científica. Además, como anexo al final del volumen, se publica una pequeña reseña de las libretas de apuntes que utilizó Manuel Ancízar en su expedición por las provincias del nororiente del país, que dan testimonio del intenso y difícil trabajo como cronista del primer secretario de la Comisión. Estas libretas de apuntes, escritas con lápiz fino y claro, posteriormente se convirtieron en uno de los más importantes y emocionantes libros de viaje en la historial de Colombia, la Peregrinación. Los cuadernillos, junto con otros documentos de gran valor para la historia del país, fueron donados por las descendientes de Ancízar a la Universidad Nacional de Colombia, en cuyo Archivo Histórico se preservan actualmente.

Peregrinación es todo un acontecimiento sensorial de la Colombia del siglo XIX, que nos presenta la vida de las comarcas de Cundinamarca, Boyacá, los santanderes y parte del Cesar, articulada en descripciones exuberantes de los valles, páramos y selvas. Climas, fauna, paisajes sobrecogedores, culturas y formas de existir en comunidad son abordados con detalle por el autor de este entrañable viaje que nos reconcilia como nación.