La historia de la universidad configura una sola idea: la universidad es el lugar donde se genera y enseña el conocimiento universal. Su objetivo es, entonces, la expansión del conocimiento y la cultura.
La plaza principal de la Ciudad Universitaria de Bogotá, bautizada en un principio como plaza Francisco de Paula Santander por disposición del Consejo Superior Universitario, se conoce hoy, por determinación de grupos estudiantiles politizados, como Plaza Che Guevara, y el pedestal donde otrora reposara el busto del fundador de la Universidad del Estado permanece sin efigie, como mudo pero expresivo testimonio de la sustitución que algunos han hecho de los valores que forjaron nuestra nacionalidad.
“Panamá Panamá Panamá Panamá…”, esa fue la plana de escritura que, en Bogotá, presentó un niño al final de su año escolar. Era el mes de noviembre de 1904. La familia del pequeño enmarcó esa hoja de cartulina adornada con un escudo de Colombia y la colgó en su casa. Después de 115 años ningún otro trabajo infantil de ningún otro niño de esa familia se conservó; este llegó hasta hoy porque el nombre Panamá había tocado el corazón de un hogar colombiano.
La irrupción del mundo digital está cambiando de manera acelerada las sociedades de nuestro tiempo. Las tecnologías de la información y la comunicación han propiciado una globalización de los mercados y los sistemas financieros, la difusión del conocimiento y cambios crecientes en los trabajos tradicionales.
Las ciencias, las técnicas y tecnologías, el arte, las leyes, la política, las costumbres y las creencias son contenidos de la cultura. La cultura es todo aquello que nos hace humanos. Por tanto, la educación es en esencia el modo como la cultura se transmite de generación en generación.
Cuando se habla de retos, se conjuga siempre en futuro. Sin embargo, en los países en vía de desarrollo sufrimos de una tragedia especial, y es que nos llegan los retos del futuro antes de que hayamos acabado de resolver los del pasado.
En los primeros años de Colombia como nación independiente los dirigentes republicanos, encabezados por el general Francisco de Paula Santander, concibieron la educación como un factor clave para sentar las bases de la República y formar ciudadanos dispuestos a impulsar el progreso nacional..
En la segunda mitad del siglo XIX la ciencia y la educación experimentaron un fortalecimiento inusitado en la historia de nuestro país. El proyecto liberal de los radicales lideró algunas empresas intelectuales que marcaron nuestro desarrollo actual.
Las políticas educativas adoptadas por los gobiernos de la denominada Regeneración, entre 1880 y finales del siglo xix, tuvieron continuidad en los gobiernos de la llamada Hegemonía conservadora durante los treinta primeros años del siglo siguiente.
En 1930 se inició en Colombia un cambio de gobierno que, en el transcurso de dieciséis años (1930-1946), se convirtió en cambio de régimen por las transformaciones suscitadas en lo político, lo social, lo ideológico, lo cultural y, por supuesto, en lo referente a la educación.
El archipiélago de San Andrés era, hasta antes del fallo de 2007 de la Corte Internacional de Justicia, un territorio remoto e ignoto de Colombia. Nuestro Gobierno lo quiso vender en 1905 y desde 1927 hasta 1981 aceptó de buen grado compartir la soberanía sobre los cayos de Roncador, Quitasueño y Serrana con los Estados Unidos. Incluso con ocasión de la crisis de los misiles con Cuba en 1962, los Estados Unidos instalaron plataformas de cohetes en Serranilla, sin que nuestro país se percatara de ello.
A lo largo de los dos últimos años las calles de muchas ciudades del mundo, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados, han sido tomadas por millones de manifestantes que exigen cambios en las políticas gubernamentales. A menudo las manifestaciones se han originado por hechos puntuales como el alza del pasaje en el transporte público, impuestos más elevados a los combustibles o cambios en el sistema pensional.
Para que no se piense que este artículo tiene como propósito alguna predicción apocalíptica sobre nuestro país, comienzo dejando claro que el título alude a la República creada en diciembre de 1819 en Angostura (hoy Ciudad Bolívar, Venezuela).
¿[Qué es un clásico?] pregunta delicada a la que se podrían ofrecer soluciones muy diferentes según la época y el aire de los tiempos [...] Un clásico es un autor que ha hablado a todos en un estilo propio en el que se encuentra también el de todo el mundo. (Sainte-Beuve 7 y 12 )
La conquista del mundo es una guerra contra el planeta y toda la vida contenida en él. A medida que se elevan las voces de cambio y emerge la furia del estado del clima que irrumpen en la historia, enfrentamos los riesgos y daños provocados por la razón humana: el monopolio de la ciencia y las tecnologías a la larga asociadas con los derechos de propiedad.
En el Decreto Orgánico con el cual se formaliza la creación de la Universidad Nacional de Colombia en 1867, se establece que la Universidad debe publicar un periódico que llevará como título Anales de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia.