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Reactivación Económica en tiempos de Pandemia

Ilustración por: Lina Martín

La recesión más crítica en la historia económica mundial se vivió en 2020, provocada por la covid 19, que se expandió por todos los rincones del planeta. No obstante, con los avances de la ciencia y las vacunas descubiertas se logró disminuir la letalidad y el contagio, especialmente en países ricos que monopolizaron este mercado, quedando un saldo por cubrir en países pobres o en desarrollo, que aún no disponen del biológico. La victoria del demócrata Joe Biden en USA, dio un impulso a la gobernanza mundial, al retomar el protagonismo perdido por su antecesor al regresar a organismos como la OMS y el Acuerdo ambiental de París.

Según el FMI en su último informe (octubre del 2021), la economía mundial crecerá 5,9 % en 2021 y 4,9 % en 2022. La revisión a la baja de 2021 refleja un retroceso en las economías avanzadas del 5,2 % en 2021 al 4,5 % en 2022, en contraste con economías emergentes y en desarrollo que en igual período crecen el 6,4 % al 5,1 %, lideradas por Asia. China e India apalancan esta reactivación debido a que sus gobiernos controlaron de mejor forma los efectos de la pandemia, abrieron más rápido sus economías lo cual explica que el gigante asiático crecerá 8,0 % en 2021 y 5,6 % en 2022, mientras que India lo haría al 9,5 % y 8,5 % respectivamente. América Latina, es la región más golpeada por la pandemia, más desigual del mundo, sumado a inestabilidad política, cuyo crecimiento en 2021 será del 6,3 % y caería al 3,0 % en 2022.

Los países del mundo, en especial los que aún no disponen de vacunas, los que acusan negacionismo por razones políticas o religiosas y los que carecen de infraestructura sanitaria, se verán más golpeados por la propagación de las nuevas variantes, en especial la delta y la omicrón, recientemente descubierto en Sudáfrica.

Vacunas monopolizadas por países ricos que la primera semana de abril de 2021 ya habían suministrado el 40 % de las dosis a sus ciudadanos en 27 países que solo representan el 11 % de la población mundial, mientras los países en desarrollo solo han recibido el 1.6 % de las vacunas (Estados Unidos tiene el 24 % de las vacunas del mundo, con el 4.3 % de la población global)

Las economías desarrolladas reflejan un panorama optimista a causa del respaldo fiscal, el avance generado por la vacuna, la recuperación lenta de la actividad económica ajustada a la nueva modalidad de la era virtual y los nuevos hábitos de vida que trajo consigo. Pero la recuperación no será homogénea y demanda esfuerzos multilaterales para frenar el desempleo, la pobreza y la desigualdad, que venían antes de la pandemia, en especial en economías en desarrollo como es el caso de América Latina, Oriente Medio y la región Subsahariana.

Desagregando las proyecciones de crecimiento para algunos países se observa que: India crecerá 12.5 % en 2021 y 6.9 % en 2022; Perú 8.5 % y 5.2 %; China 8.4 % y 5.6 %; España 6.4 % y 4.7 %; Estados Unidos 6.4 % y 3.5 %; Chile 6.2 % y 3.8 %, se encuentran por encima del promedio mundial. Por su parte Colombia con 5.1 % y 3.6 % se encuentra por debajo, al igual que Canadá 5.0 % y 4.7 %, México 5.0 y 3.0; Italia 4.2 % y 3.6; Rusia 3.8 % y 3.8 %; Brasil 3.7 % y 2.6 %; Alemania 3.6 % y 3.4 %; Japón 3.3 % y 2.5 %, Sudáfrica 3.1 % y 2.0 % y finalmente, Arabia Saudita 2.9 % y 4.0 %. Es de destacar el caso de Venezuela que viene de una contracción del -30 % en 2020, -4 % en 2021 y -1 % en 2022, con las críticas consecuencias de migración, descomposición social y narcotráfico para nuestro país.

Respecto al mercado del trabajo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2020 el desempleo mundial alcanzó 6.5 %, y las economías avanzadas de Estados Unidos, Canadá y Japón presentarían leves disminuciones en los próximos años dada la ampliación del seguro de desempleo, la garantía de recursos para la salud y el fortalecimiento de los programas enfocados en la primera infancia. En Latinoamérica se registró una tasa de desempleo en 2020 de 10.6 % y en 2021 podría aumentar al 11.2 %. La media de desempleo para la región fue de 10.6 % (2020) y se proyecta a 11.2 % (2021). Países como Brasil y Colombia estarían por encima de este promedio con tasas de 14.5 % y de 12.8 % en 2021 y 2022. Situación que podría empeorar acorde con el incremento de contagios y muertes por covid-19, pues el país carioca ocupa el segundo puesto mundial, detrás de Estados Unidos, mientras Colombia alcanza el puesto 10. Además, de la irregular disponibilidad de vacunas, las tendencias negacionistas por creencias religiosas hacen que haya un 27 % de personas aún no vacunadas según el Ministerio de Salud, lo cual dificulta alcanzar la inmunidad de rebaño.

La lenta recuperación económica y el riesgo de no controlar la pandemia en países en desarrollo incrementa la brecha ante las naciones ricas que estimulan el nacionalismo vacunatorio, el populismo y un paternalismo estéril de pequeñas ayudas (Familias en Acción, programa del Adulto Mayor, Ingreso Solidario, devolución del IVA), que fusionadas podrían dar origen a una renta básica para desempleados y población vulnerable.

Para la financiación de políticas públicas, en economías con margen fiscal limitado como la nuestra, es decisivo mejorar la capacidad tributaria, aumentar la progresividad de los impuestos, salvaguardar el gasto público acompañado de austeridad, renegociar la deuda externa e invertir en sectores intensivos en mano de obra como infraestructura, agroindustria e incentivar la pequeña y la mediana empresa, para avanzar a una recuperación sostenible e inclusiva.

No es menos cierto que algunos sectores económicos ligados a las tecnologías de la información y las comunicaciones, sector financiero, las farmacéuticas y el e-commerce, entre otros, se han beneficiado de la pandemia, creando una élite de multibillonarios, que según la revista Forbes es liderada por Jeff Bezos (Amazon). Bezos ha aceptado la propuesta de aumentar impuestos a la renta corporativa para financiar inversiones en infraestructura: “Apoyamos un alza de impuestos sobre la renta… reconocemos que esta inversión requiere concesiones de todas las partes” (El País, 2021), el aumento impositivo propuesto por Biden es del 21 % al 28 %, así como reprimir los paraísos fiscales. Los multimillonarios colombianos que hacen parte de la lista Forbes, así como terratenientes rentistas y “nuevos” ricos, es claro que no están dispuestos a tributar como quedo expreso en la Reforma Tributaria aprobada por el Congreso.

Así mismo, según analistas se debe prestar especial atención al impuesto de renta a personas de altos ingresos. Según cifras de la Cepal, del investigador Jairo Orlando Villabona,Grupo de Estudios Fiscales y de Equidad de Unal, sostiene “que la tasa que paga el contribuyente que lidera la lista de los cien mil más ricos del país, disminuye al 1.5 %, mientras en Europa se mantiene en el 30 %” (Agencia de Noticias Unal, 2021).

Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE. UU., propuso una tasa impositiva corporativa mínima global, pues según Tax Foundation “las tasas impositivas corporativas promedio en todo el mundo se han desplomado del 40 % en 1980 al 24 % en 2020” y han migrado a paraísos fiscales como Panamá, Islas Caimán y las Islas Vírgenes, que ofrecen tarifas económicas bajas para atraer a las empresas multinacionales, lo que propicia la caída de los impuestos. “En la década de 1960, menos del 10 % de las ganancias extranjeras obtenidas por las multinacionales estadounidenses (excluidas las compañías petroleras) se contabilizaba en estas jurisdicciones de impuestos bajos; en 2018 ese porcentaje había superado el 50 %”. (The Economist, 2021). Esta iniciativa de tasa impositiva corporativa se llevaría a la Ocde, de la que forma parte nuestro país.

Esta baja carga fiscal en Colombia implica que no se cuenta con recursos suficientes para atender las necesidades de salud, educación, vivienda e infraestructura. Con razón se ha dicho que en Colombia los ricos no pagan impuestos, la clase media es la sacrificada, así como los asalariados que no pueden ocultar sus ingresos. La evasión y la elusión tributaria a la renta forman parte de la cultura de nuestro país.

La lenta recuperación económica y el riesgo de no controlar la pandemia en países en desarrollo incrementa la brecha ante las naciones ricas, que estimulan el nacionalismo vacunatorio, el populismo y un paternalismo estéril de pequeñas ayudas (Familias en Acción, programa del Adulto Mayor, Ingreso Solidario, devolución del IVA), que fusionadas podrían dar origen a una renta básica para desempleados y población vulnerable. EE. UU. ha incrementado los subsidios a la población vulnerable y el Tesoro depositó el 17 de marzo $ 250 000 millones de dólares que se suman a los 1.5 billones de dólares de ahorros personales adicionales (alrededor del 10 % del gasto anual del consumidor) que los hogares habían acumulado a finales de 2020.  El gasto total aumentó un 20 %, estimulando la demanda, lo cual explica el crecimiento de su economía en un 6.0 % en 2021, según pronósticos del FMI.

Regresar al multilateralismo también implica para nuestro país entender el nuevo escenario internacional donde el Asia-Pacifico juega un papel decisivo en la gobernanza internacional.

La geopolítica cambia

Se advierte un cambio de la geopolítica mundial, porque Estados Unidos busca recuperar el liderazgo perdido durante el gobierno Trump, el regreso al multilateralismo y a las alianzas en la Otan, la OMS y el Acuerdo de París. Como se negó la posibilidad de una vacuna global gratuita, afloró la guerra de las multinacionales farmacéuticas por recuperar sus inversiones en ciencia y tecnología lo cual es legítimo, pero los Estados deberían asumir la vacuna como un bien público, cuestión que han entendido bien China, India y Rusia que en el nuevo ajedrez mundial proyectan una alianza decisiva para Oriente Próximo, acompañada de inversiones en infraestructura a los países en desarrollo como instrumento efectivo de política exterior.

Regresar al multilateralismo también implica para nuestro país entender el nuevo escenario internacional donde el Asia-Pacifico juega un papel decisivo en la gobernanza internacional. La fallida estrategia de Trump de “América primero” para aislar a China ha fracasado, no solo por la evidente recuperación económica de esta última y el buen manejo de la pandemia, sino por su nueva estrategia de largo plazo de construir “un gran país socialista moderno, próspero y poderoso”, con un oriente en ascenso y un occidente en declive.  Su estrategia de alianzas y apertura le han llevado a consolidar acuerdos comerciales con once vecinos del pacifico y con la Unión Europea recientemente. Han sugerido que China puede unirse a la Asociación Transpacífica Integral y Progresista de once miembros, pacto comercial ambicioso propuesto por Estados Unidos durante la administración de Barack Obama, pero que Donald Trump rechazó (The Economist, 2021).

El rol de la Ruta de la Seda Digital busca el liderazgo de China en la cuarta Revolución Industrial: “Desde el estallido de la pandemia del coronavirus, la telemedicina, la educación en línea y las telecomunicaciones se han utilizado ampliamente e Internet ha jugado un papel importante en la recuperación económica, asegurando el funcionamiento social y promoviendo iniciativas y cooperaciones internacionales”. (Xi Jinping, VII Conferencia Mundial de Internet 2020).

Agrega que China saldrá fortalecida gracias al incremento de la demanda en equipos médicos, tecnología sanitaria y vacunas, que precisan de una infraestructura tecnológica. Huawei instaló en dos hospitales de Ecuador un sistema de diagnóstico de la Covid-19 que funcionan con inteligencia artificial, lo cual se repite en muchos países.

Este cambio en la política exterior podría ayudar en dos sentidos: proveer vacunas a corto plazo e incentivando la producción en los países afectados; y estimular la economía vía inversión en infraestructura, especialmente para superar la actual situación de crisis. Los productos colombianos podrían ser competitivos en el gigantesco mercado chino, fortalecer las exportaciones agropecuarias y beneficiarnos de los avances tecnológicos, en especial en inteligencia artificial (TIC). El mundo se mueve por bloques que no son los que surgieron después de la guerra fría y la posguerra, sino por la recuperación tras la pandemia, antes de que se presenten nuevos estallidos sociales que quedaron reprimidos por los cierres y cuarentenas, por la precarización de la economía y la situación de los jóvenes y mujeres, los más golpeados por la pandemia. En el caso colombiano el desempleo juvenil ronda el 23 % (el promedio nacional es del 12 %,) cerca de 1.6 millones de personas entre 14 y 28 años sin trabajo y, más crítico, 5.7 millones no trabajan ni buscan empleo, es decir han perdido la utopía de un mañana mejor.

No hay duda de que la covid-19 es un duro golpe para todas las economías. En el mundo nos estamos acercando a los  249 millones de casos de covid-19, con más de  cinco millones de fallecidos con una letalidad del 2 %, aproximadamente. En Colombia ya superamos los 5 millones de contagios y 128290 muertos, es decir, una muerte cada nueve minutos, que corresponden en un 90 % a los estratos uno, dos y tres, lo cual profundiza las desigualdades sociales al interior del país.

La desigualdad crece también en el proceso de vacunación como lo evidencian los datos recopilados por Bloomberg, la primera semana de abril de 2021.La base de datos rastrea más de 7.25 mil millones de dosis administradas en 154 países y evalúa el acceso a vacunas a nivel mundial teniendo en cuenta riqueza, población y acceso a vacunas. Se observa cómo Estados Unidos, tiene el 24 % de las vacunas del mundo con solo el 4.3 % de la población, mientras que Pakistán tiene el 0.1 % de la cobertura de vacunas para el 2.7 % de la población mundial. El patrón se repite en otras regiones, mientras los países ricos compran millones de dosis de vacunas, suficientes para cubrir a sus poblaciones varias veces, mientras otros carecen de vacunas o esperan los sobrantes de los primeros.

Tenemos una amenaza compartida que reclama la unidad y la cooperación internacional superando nacionalismos estériles, pues todos seremos vulnerables hasta ganarle la guerra al virus en todos los países: ¡Nadie estará a salvo mientras no lo estén todos!

No hay un mecanismo para garantizar una distribución equitativa distinto de las leyes del mercado que asignan los recursos según la capacidad de compra. En efecto, según Infobae, USA habría administrado casi seis veces su proporción justa, y el Reino Unido habría agotado siete veces su asignación ponderada por la población (superando la doble proporción de la Unión Europea). De igual forma, encabezan la lista los Emiratos Árabes Unidos e Israel, con nueve y doce veces su participación poblacional”. (Infobae, 2021)

China, que ocupa el puesto 93 con solo 110178 contagios y 4849 muertes (worldmeters.info/coronavirus), ha vacunado a sus ciudadanos a un ritmo que está a tono con el promedio mundial, administrando el 20 % de las vacunas para el 18 % de la población mundial. También ha exportado vacunas y equipos sanitarios a países, en algunos casos sin costo.

Como lo ha recomendado la OCDE en el documento Transformar la esperanza en realidad, las políticas sanitarias y económicas deben ir de la mano para evitar el impacto de rebrotes, lo cual exige a los gobiernos formular políticas económicas que garanticen un apoyo fiscal permanente y priorice la inversión en bienes y servicios esenciales como educación, salud, infraestructura fiscal y digital. Impulsar acciones para revertir la pobreza y la desigualdad, en el entendido de que no serán exitosas acciones individuales de carácter puntual pues el problema es estructural y precisa de intervenciones integrales. “La resiliencia de los sistemas sanitarios no depende solo de la distribución de la vacuna y del número de camas en UCI, sino también de medidas de prevención y acceso a la atención médica para todos” (Laurence Boone, OCDE, 2020).

Tenemos una amenaza compartida que reclama la unidad y la cooperación internacional superando nacionalismos estériles, pues todos seremos vulnerables hasta ganarle la guerra al virus en todos los países: ¡Nadie estará a salvo mientras no lo estén todos!

En este contexto Colombia debe replantear su política exterior mirando al Pacífico como la región más dinámica que garantiza mercado para nuestros productos (agroindustria e hidrocarburos), al tiempo que nos provea de tecnología de punta, vacunas e infraestructura sanitaria. No debe propiciar conflictos y fuentes de tensión por cálculos electorales en especial en la región latinoamericana, que sufre las peores consecuencias de la pandemia y una recuperación incierta. Las disputas con Venezuela deberían retomar la vía diplomática que frene las múltiples violencias, la migración creciente y la recuperación económica del país, que en el pasado fue nuestro primer socio comercial, con quien compartimos 2219 kilómetros de frontera.

 En relación con la polarización interna que se agudiza en la campaña electoral, respecto del Acuerdo de Paz que cumplió cinco años, deberíamos compartir el optimismo que señala el Secretario de la ONU, Antonio Guterres quien reconoce “Que el proceso está vivo y Colombia es un símbolo de paz”. Y respecto a la carta dirigida por el expresidente Uribe, haciendo críticas a las condiciones en que se pactó, su respuesta fue contundente: “En Colombia hay distintas opiniones, como acontece en todas las democracias. Pero la verdad es que cuando pienso en la campaña electoral de hace cuatro años y verifico lo que pasa hoy (…) es que las voces que legítimamente tienen una posición contraria tienen hoy una influencia menos fuerte a la que se evidencio en la última campaña electoral cuando estuve en 2018”. (El Tiempo, noviembre de 2021).

Referencias

AUTOR

Ricardo Mosquera Mesa

Profesor y exrector de la Universidad Nacional de Colombia, exrector de la Universidad Surcolombiana y exsenador de la República. Economista de la Universidad Nacional de Colombia con magíster en Desarrollo Urbano del Colegio de México y doctor honoris causa del Consejo Iberoamericano, Argentina.

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